sábado, 5 de marzo de 2016

Como Roca...


    Me enseñaste a volar,

 cuando me alimentaba de plomo,

 bebiendo cemento.


 Corriendo,

 con los pies pegados al suelo,

 me crecieron alas

con el abono de tus besos,

 dulces, esponjosos,

Parecen sinceros...


    Con tu aliento planeé sobre tejados

 grises, sucios y polvorientos.

Sacudiendo por fin la mente,

retirando los escombros

me sentí tan viva,

tan feliz, tan ligera que flotaba

entre palabras, caricias y sueños.


    Me habían hecho mucho daño,

encerré mi ser en mi cuerpo

 y como un autómata

vivía o sobrevivía día a día.


Feliz...


    Compartiendo, por fin,

secretos e ilusiones,

 aficiones y sensaciones.

 Hicimos las mayores locuras,

 infinitas conversaciones,

 descubriendo nuevos rincones,

 sin vacilar, sin temer nada...


    Cuando todo era perfecto,

me cortaste las alas...

 la caída tan grande, tan grave,

 que me convertí en

 una nueva roca del suelo.

 



4 comentarios:

  1. Un bello poema, amiga Elena, en el que nos abres el alma como el que levanta la tapa del pozo, un pozo lleno a medias de amor y de desamor como casi todos...
    Un abrazo!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, la vida es amor y desamor ;) Muchas gracias por dejarme unas palabras. Un abrazo!!

      Eliminar
  2. Qué triste poema, Elena, aunque también muy hermoso. Aprender a volar de nuevo apoyada en quien parece perfecto solo para dejarse caer de nuevo. No me extraña que tu protagonista se conviertiera en roca...

    Un beso!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si de roca a pájaro y pájaro a roca... Es un ciclo que al final se cierra, para bien o para mal. Muchas gracias, Julia. Un abrazote!!

      Eliminar