Noches sin dormir,
en un desvelo continuo
sin tregua ni lengua,
que pueda hacer
que verbalice ni una sóla palabra.
Tan sólo un aliento vale
para erizar el más escondido
de los sentimientos.
Y en estas noches,
viajan los sueños
buscando dónde aterrizar,
pero aturdidos, no concluyen
ni difunden las imágenes celestes
con pájaritos blancos
y nubes cantando.
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