De nuevo aquí, de vuelta de un maravilloso viaje con muchas anécdotas y aventuras recorridas. Traigo la maleta cargada de imágenes nítidas y difuminadas, de miles de palabras obtenidas por el compartir con gente magnífica que te encuentras en el camino, de risas y llantos de emoción y nostalgia. La maleta llena de recuerdos que permanecerán ahí hasta el fin.
Fijando la vista en el pasado,
retomando formas y olores,
sonidos armónicos y discrepantes,
aires templados y fríos silbantes.
Vibra cada poro de la piel
solamente con pensar
en esa estatua tallada,
en ese puente que se extiende
acercando mundos
o separándolos,
en el ir y venir de los corazones,
en todas las direcciones.
Más de cien culturas,
observadas a través de una mirada.
Entre mares estuve
y no lo soñé,
mas sueño poder
volver a perderme
en viajes sin final,
sin tregua, sin dejar de caminar.
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