Hoy me gustaría poder poner la mente en blanco y dejarme llenar de luz, calma y respiración coordinada, pero quién puede hacerlo si ha visto un día más, las noticias...
Aun así cierro mis ojos y escribo:
Cerré los ojos y todo era luz...
luz amarilla que cegaba
al mismo sol que dibuja la mente
cuando las ideas aparecen.
Esa luz que quiere dar tregua
a la luna cuando mengua,
pues los versos se apagan
sino mira una enamorada.
Aprieto los párpados,
no quiero abrir los ojos,
quedarme en la luz deseo,
pues ahí es real el sueño.
Abrir los ojos a la oscuridad,
tenue en verdad,
abismos de falsedad
y torbellinos de desconcierto.
Tan sólo eso encuentro
en este preciso momento.
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