Nacemos como un obra de arte, de un lienzo en blanco, de una idea que surge de la nada... Y cuando paras a mirar, descubres la evolución, ves cada pasito andado y retrocedido, cada camino que elegiste y el que dejaste de lado... Miras un poco más, detenidamente y vas decapando hasta el presente. Recordando y viendo fotografías. Aquí es dónde me encuentro ahora mismo, hoy he repasado cada pincelada en la historia de mi reciente vida, dando vueltas a la cabeza, sobre cómo terminará aquélla obra que nació en el 76.
Pinceladas de luz
aparecen en la piel
rasgada por el tiempo,
intentando cicatrizar
la vida intensa y fugaz.
Se deja llevar
subida en el corcel luminoso
proyectando sombras
que juegan a aparentar
lo que fue.
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