Llegando la noche la cabeza siempre gira y gira, tienes tiempo de pensar, sino caes dormido antes. Tenemos una vida tan ajetreada... por eso siempre vienen sombras a buscarte.
SOMBRAS
Se aproximaba la hora.
Cada vez va quedando menos.
Sus fuerzas vitales le abandonaban.
Los dedos teñidos de sangre,
le recordaban más y más
a aquél detalle que le mataba.
Carne como rosa,
pétalos rojos.
El dolor aumentaba con la presión.
El sudor era su boca babeante.
Ya era. Ya fue. Ya será.
Sólo el recuerdo en una mente:
La mía.
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