Embelesados por palabras y anhelos de vivir y revivir, cometemos algunos errores, sin valorar las consecuencias o aun haciéndolo, no prestándolas atención. Y no hay excusa que puedas poner por insignificante que sea el tropiezo en sí.
Están en el subsuelo
asentados los recuerdos
del camino recorrido,
perdonando los mismos errores,
esos que hacen tambalear
las piedras y las rocas,
que se elevan para alcanzar el cielo.
Y en el cielo nos encontramos
intentando atrapar el infinito
para atarlo a nuestro cuerpo
y no se escape entre
estrellas ni planetas,
ni palabras ni pensamientos,
ni suspiros ni lamentos...
Y ahí, en lo alto,
aseguraremos los pilares
para que ningún terremoto futuro
puedan derribarlos definitivamente.
Bellísimo tu poema, Elena, tienes razón, y sé que esto que voy a decir es ya una frase hecha, pero cierta, "quién no aprende de sus errores está destinado a repetirlos..."
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Sí, eso parece ser cierto jeje. Muchas gracias :) Un abrazo!!
EliminarHasta tropezar tres veces en la misma piedra, es cosa de humanos.
ResponderEliminarPrecioso poema Elena.
Feliz miércoles.
Un abrazo.
Tres veces serán suficientes ;) Gracias Carmen, un fuerte abrazo!! :)
EliminarSon bellas tus letras
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