Conseguir la felicidad que uno quiere para si mismo y para quién le rodea, es una tarea complicada, ardua, compleja y trabajosa. Suerte poder desconectar de vez en cuando del resto del mundo, sin que se te olvide volver... huída y vuelta.
Sin abrir los ojos,
puedo observar la presión
de vuestros pensamientos
directos en mi alma.
De los que sin decir palabras,
resuenan como reproches
por optar seguir ese camino.
Despierto sin poder mover
ni un sola molécula de mi ser.
Paralizado el cuerpo,
mi espíritu se eleva
y siente, por fin,
la libertad ansiada.
Bello poema y muy buena reflexión, Elena.
ResponderEliminarUn abrazo!
Me alegra mucho que te haya gustado :) Gracias. Otro abrazo!
EliminarMe ha gustado mucho tu poema, Elena.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Clara! Un abrazo :)
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